¡Quién hubiera tal ventura sobre las aguas del mar
  como hubo el infante Arnaldos la mañana de San Juan! 
 Andando a buscar la caza para su falcón cebar, 
vio venir una galera que a tierra quiere llegar;  
las velas trae de seda, la jarcia de oro torzal, 
 áncoras tiene de plata, tablas de fino coral. 
Marinero que la guía diciendo viene un cantar,  
que la mar ponía en calma,  los vientos hace amainar;  
los peces que andan al fondo,  arriba los hace andar; 
 las aves que andan  volando,  al mástil van a posar. 
 Allí habló el infante Arnaldos,  bien oiréis lo que dirá:
 -Por mi vida, marinero,  digasme ora ese cantar.  
Respondíole el marinero,  tal respuesta le fue a dar
  -Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va. 

Romance del Infante Arnaldos

Por Redacció