Nos llegan nuevas fotografías de nuestros amables lectores a los cuales no tenemos sino que agradecerles la atención que nos prestan en un mundo saturado de información donde casi toda corre en el mismo sentido y juega en la misma liga. En esta ocasión las fotografías son de unas excavaciones arqueológicas aparecidas, como es costumbre en tales casos en el centro de las ciudades, tras intentar excavar para los cimientos de un nuevo edificio.

Nos comentan que ante la broma de uno de los que miraban la actuación de los jóvenes arqueólogos, sobre si habían parado la obra por la  aparición algún hueso, humano o no, uno de los chicos se sintió molesto y obsequió a los asistentes con un vehemente discurso contra los constructores y la especulación urbanística, terminando con una frase sin venir a cuento sobre que aquello descubierto era de la época de cuando en el imperio español no se ponía el sol, esto último lo dijo en castellano y con cierto tono de burla.

Quizás a este muchacho habría que decirle que estamos de acuerdo en luchar contra la especulación urbanística llevada a cabo por todos los partidos políticos, incluidos los progres, siendo  un hecho sobradamente conocido que nuestro  sistema de partidos tiene dos fuentes principales de financiación: las licencias de obras y los contratos de basura, a los archivos judiciales, locales y foráneos, nos remitimos para apoyar tal afirmación.

Dicho esto no se debiera olvidar que entre el derecho a la conservación de cuatro tochos de hace 400 años, de escasísimo valor arqueológico, fueran o no de la época en la que en el imperio español no se ponía el sol,  y el derecho de las personas a poder acceder a la propiedad de sus viviendas sin tener que convertirse en ocupas, hay todo un abismo.

Por Redacció

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