Se nos queja un amable lector, y ya van dos lectores confirmados, que la Rambla se muere y no le falta razón.  Es cierto que durante todo el día está llena de gente que va y que viene por ese mercadillo de ropa y otras cosas low cost fabricadas en el extremo oriente, sin embargo, al caer la tarde, concretamente a partir de las 21,00 la Rambla está muerta, no queda un alma por la calle, ni un sitio dónde sentarse a disfrutar con los amigos en las calurosas noches de verano.

Quizás los ambientes van cambiando de sitio, será eso, pero la Rambla se merece algo mejor que eso para lo que está quedando, mercadillo al aire libre de productos low cost y panaderías mixtas, muchas panaderías mixtas que han sustituido a las cafeterías de antaño, La Coma, La Lionesa, El Musical, El Euterpe, el Walter Mity, el Forn de Sant Jaume, y en los últimos años el Café Di Roma, el Frankurt Rambla y la Heladería Capricchi, por nombrar únicamente los locales más significados.

Las generaciones van pasando y los gustos van cambiando, será eso.

Por ello es de agradecer que aún haya empresas de restauración que confíen en Sabadell, en el último mes podemos poner de manifiesto la apertura de tres de ellas, cuyos nombres omitiremos, una en la Plaza Imperial, buena radicación, y aunque durante los primeros días reinó el caos organizativo parece que poco a poco el engranaje de la maquinaria va funcionario. Buena cerveza y buen vino, queda por probar el tapeo y la restauración.

En el otro extremo dando algo de vida a la abandonada Vía Massagué casi esquina plaza Marcet un amplio restaurante que como en el caso anterior en los primeros días reinó el caos si bien estaba lleno de gente cenando y llena su pequeña terraza. Buena cerveza y buen tapeo, un sitio para repetir.

Por último en la calle San Juan en su intersección con calle Industria, tras la remodelación se ha inaugurado este fin de semana un amplísimo restaurante pizzería. También como en los casos anteriores reinó cierto caos en el lleno total de su primer sábado noche. Gran variedad en la carta y unas pizzas muy buenas y variadas que compensan al añorado Viena de la calle Sant Quirze.

Algo es algo, ánimo a estos valientes que invierten en la ciudad y nos evitan tener que conducir hasta Sant Cugat si queremos encontrar un buen restaurante.

Por Antonio