Aunque lo parezca no nos encontramos en la selva amazóniza, ni siquiera en la jungla filipina, donde realmente nos encontramos es en la jungla platanera que nos muestran estas fotos enviadas nuevamente por otra amable lectora y vecina del lugar.

La Rambla planatera, atestada de gentes de 8,30 de la mañana hasta las 8,30 de la tarde.

¿Para qué salir a ver el Mundo?

Venga usted a la Rambla y verá cómo el Mundo ha venido a verlo a usted, en esta Babel horizontal en que se está convirtiendo la ciudad, donde nadie ya se reconoce en nadie.

Dicen que los árboles no nos dejan ver el bosque, en este caso ni el bosque ni el cielo abierto, porque la Rambla está encapotada formando cierto efecto invernadero unido a los calores imperantes y a la suciedad del suelo de las terrazas, culpa de la cual en este caso no es toda del Ayutamiento salvo en el hecho de no obligar a los responsables de estos locales a mantener en todo momento limpio el suelo de las mismas, para lo cual existen dos herramientas sencillas, económicas y muy útiles como son la escoba y el recogedor.

Pareciera que es un hecho sumamente democrático el tomar algo pisando inmundicia en consonancia con el mal vestir reinante, donde hay que tener cuidado dónde se sienta uno para no mancharse los pantalones con los fluídos corporales con que en no pocas ocasiones son regadas tales sillas de las terrazas.

El pueblo llano español era, junto al pueblo llano italiano, el más elegante de Europa, en invierno y en verano, digo era y no me equivoco, porque los italianos lo siguen siendo, mientras que entre nosotros se ha instalado el mal gusto en general y en el vestir en particular, y no vale eso de que hace calor, siempre ha hecho calor y mucha humedad en verano, o es que hemos olvidado que estamos a tan sólo 20 kilómetros del Mediterráneo.

Volviendo a la Rambla platanera, las ramas ya llegan a los edificios más altos y en no pocas ocasiones empiezan a acceder a balcones y ventanas. La falta de una poda adecuada hace que el suelo de las aceras de la Rambla esté a todas horas lleno de una inmensidad de hojas que junto con el calor e incivismo reinante hacen que aumente la sensación de mugre.

Una poda a fondo y sin complejos es lo que necesita esta jungla platanera, sin duda será de agradecer que ante el aumento de temperatura que conlleva el ferragosto, circule libremente el aire por la rambla y mitigue con ello el efecto invernadero que produce tan alto y tupido ramaje.

Por Redacció