Gloriosa victoria

Olga Carmona, desconocedora del fallecimiento de su padre, golpeó con toda su alma el balón y con un zurdazo cruzado inmortalizó la victoria de la selección femenina española. Una gesta histórica, inolvidable.

El pueblo llano vibró con la victoria frente al poderoso combinado inglés.

Las jugadoras creyeron ciegamente en sus posibilidades.

Con sencillez, con esfuerzo, con admirable espíritu de superación, sacrificio, ambición e insaciable hambre competitiva lograron alcanzar un sueño, alzarse con todos los honores con el campeonato del mundo de fútbol femenino. Estuvieron inmensas.

Atesoran valores humanos que están en decadencia: deportividad, no protestan a la colegiada; humanidad, se interesan por la posible lesión de la contrincante; fair play, juegan con soltura y limpieza. Consuelan a la derrotada. Son humildes, no están endiosadas.

Provienen de familias humildes o de clase media, de toda la geografía española. Constituyen un ejemplo, un espejo, en el que mirarse las nuevas generaciones.

Muchas mujeres se verán reflejadas en una opción vital alejada de estereotipos y de compartimentos estancos.

Se reivindicaron, en silencio y abnegación, en un deporte que hasta hace poco era considerado monopolio masculino.

Es el espléndido triunfo de la igualdad y de los valores labrados en el deporte colectivo.

¡Felicidades , campeonas¡

José María Torras Coll

Sabadell