Estamos en un total y permanente «estado de contradicción». Vivimos en una sociedad donde se «defiende el ecologismo, salvar el planeta, preservar los recursos, no contaminar». Parece el apocalipsis de San Juan con los 4 jinetes cabalgando sobre un mundo que se autodestruye y sólo nos queda la «esperanza mesiánica del ecologismo».

Siguiendo la metáfora, el «low cost», ese artículo barato, de mala calidad, de escasa duración provoca que «hoy en día no se repara nada», todo se tira y se compra «uno nuevo», TODO ES SUSTITUIBLE. Un mundo donde HAY QUE CONSUMIR PARA CREAR EMPLEO Y RIQUEZA. Un mundo donde CONTINUAMENTE SALEN NUEVOS MODELOS, no ya nuevos y mejores sino la versión 7.3.2 del mismo que ya has cambiado 3 veces. Da lo mismo que sea una tostadora que mantiene la tostada caliente mientras preparas el café en la cafetera esa de capsulitas de plástico con una mínima ración de café de mil exóticos aromas pero que la anuncia George Clooney, o que se trate de la enésima versión del «windows».

Todo se tira y todo se abarata, esa misma cafetera la tienes… ya de diferentes marcas, todas con una mínima ración de café en una capsulita enorme de plástico (en proporción una brutalidad de plástico para un solo café).

Ahora resulta que… a ver,  realmente el concepto de «low cost» no se refiere realmente a «barato», sino a malo, y a… «barato en su producción», porque… o nos compramos unos pantalones marca «X straus», originales por un ojo de la cara pero producidos en la India, China, Paquistán o en el sudeste asiático (es decir, de mala calidad, pero aparentemente «producto americano», o nos compramos directamente la falsificación a un precio más barato. Pero es que… EL ORIGINAL YA ES EN SI UNA FALSIFICACIÓN, no está producido en USA, no lo han confeccionado en ninguna factoría de Nebrasca, Wisconsin o Tejas. Es el Low Cost del pijo sin aspiraciones. Del ecologista de Barrio Sésamo.

Antes… un coche duraba TODA LA VIDA, lo cambiabas a los 20 o 30 años… CUANDO ENVEJECÍAS TU… o se lo pasabas a uno de tus hijos recién sacado el carné para que APRENDIERA antes de comprar SU PRIMER COCHE NUEVO. Lo mismo la lavadora, o la tele, o… unos zapatos.

¿Quién lleva hoy una prenda de ropa a reparar?, ¿o unos zapatos al zapatero?. Llevas un coche a reparar y no lo reparan, te cambian una pieza o un «conjunto de piezas» (lo de «kit» me suena fatal). Si llevas la tele o la lavadora el técnico te dice que vale más repararla de lo que cuesta una nueva. Eso por no hablar de la impresora que es más barata de lo que vale un juego de recambio de cartuchos de tinta.

Pero… eso de tirar y… comprar uno nuevo…. tiene su coste ecológico. CONSUME INFINIDAD DE RECURSOS.

Reparar es BARATO ECOLÓGICAMENTE. Consume menos recursos y tiene un IMPACTO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE CASI CERO… o mucho menor. Por eso los llamo ECOLOGISTAS DE BARRIO SÉSAMO. Se han quedado en aquello de «grande-pequeño» y «arriba-abajo». Hola Epi, mira que coche nuevo me he comprado, «tecnología alemana» (made in Singapur).

Eso por no hablar de los SINDICALISTAS Y PATRONALES tambien de Barrio Sésamo. Fomentar el consumo… crea riqueza y fomenta el empleo. TODOS SOMOS TESTIGOS DE QUE ESA AFIRMACIÓN ES FALSA. En todo caso es matizable: «fomentar un consumo RESPONSABLE crea riqueza y fomenta el empleo».

En «el mundo libre», «el mundo desarrollado», «el bloque occidental» han ido desapareciendo empresa tras empresa que o bien han cerrado definitivamente sus puertas o reubicaban su producción en Asia. Han desaparecido oficios como «talabarteros», «cesteros», «guarnicioneros», «orives»… y ya quedan escasos «zapateros», «relojeros», «mecánicos» (me refiero al mecánico general, ese que te cogía un motor de cualquier tipo y si no existía la pieza de recambio la fabricaba él mismo). Es decir, LA SOCIEDAD VIVE EN UNA CONTRADICCIÓN TOTAL CONSIGO MISMO. El «low cost» y el «consumismo salvaje» no son rentables ni ecológicamente, ni socialmente, ni económicamente. PERO VIVIMOS EN LA SOCIEDAD DEL ECOLOGISMO Y LOS DERECHOS SOCIALES.

TODO SE TIRA… HASTA… EL MARIDO. Hace poco había un anuncio de una conocida marca de electrodomésticos:

«Si su marido no sabe poner el lavavajillas, CAMBIÉLO».

Piensas que… CAMBIARÁ EL LAVAVAJILLAS.

Pues no… vienen unos señores con uniforme de técnicos de la marca… Y SE LLEVAN AL MARIDO.

Y ahí es donde es válida la metáfora del «low cost». Hoy en día se tira todo… HASTA EL MARIDO. Se tira la familia como un valor caduco (empezando por el marido… pero… también a los hijos).

Al marido… a la relación de pareja no se le busca reparación. Es más barato encontrar una nueva, al menos para una charla por messenger o whatsapp, o para «UNA NOCHE DE SEXO AL DESMELENARSE EN LA DISCOTECA». Luego se equipara «sexo» con «amor»… y claro… «LAS NUEVAS PAREJAS DURAN LO QUE DURA EL SEXO».

Pero es que a los hijos tambien se los tira. Se los tira cuando ves a esas parejas que dicen: «¿hijos?, más adelante, cuando llegue el momento, ahora QUEREMOS VIVIR LA VIDA, VIAJAR, DISFRUTAR… Y nunca llega el momento… hasta que tienen 40 y pico años y casi se les pasa el arroz. Como si de unos hijos no se disfrutara. Como si verlos crecer no fuera «vivir la vida con ellos», como si sacarlos adelante no mereciera la pena… Luego… ya pasado el arroz… corriendo a una clínica de fertilidad a que te metan una probeta de un desconocido… porque YA LA COSA NO FUNCIONA. Y hay padres que los confunden con los abuelos.

Y no es cosa de «las personas» solamente, ES LA SOCIEDAD QUE NO VALORA EL ESFUERZO… SINO LA INMEDIATEZ, LO BARATO, LO FACIL DE CONSEGUIR QUE TE PRODUCE EL PLACER EN ESE MOMENTO. Los valores del esfuerzo personal, el deber, el amor (conyugal, filial, paternal), la amistad (se cambia de amigos como de pareja, se tiene una lista de cientos o miles en facebook), la lealtad, … ESOS VALORES SE HAN ABANDONADO.