La guerra de Ucrania empieza a recordar ya demasiado a la guerra de Vietnam.

Desde el punto de vista de la ayuda económica  Vietnam se convirtió en un pozo sin fondo,  unos fondos que al final nadie sabe bien a dónde iban salvo a engrosar las cuentas en Suiza del presidente sudvietnamita y altos funcionarios, igual que en Ucrania donde altos cargos civiles y militares han ido siendo cesados periódicamente por corrupción, resultando que ahora también han sido cesados todos los responsables de las oficinas regionales de reclutamiento, cuando en principio en los centros de reclutamiento no se maneja dinero. ¿Qué corrupción puede haber?, Pués al parecer cobraban «por detrás» para librar a los mozos de ser reclutados!, lo cual quiere decir que el patriotismo ucraniano no es tan fuerte como nos quieren hacer creer.

Por un lado el patriotismo de los reclutadores que bajan el listón conforme reciben la prebenda bajo la mesa y  por otro el patriotismo de los mozos que prefieren pagar a ser reclutados. Nada nuevo, como en la guerra de Cuba o la Guerra del Rif, al final sólo van los pobres. Cómo en USA que los hijos de los ricos emigraban a Canadá para no ir a Vietnam, o como en Vietnam del Sur que el gobierno tenía serios problemas de reclutamiento.

Por otro lado  una ayuda militar inagotable en armamento, equipos y entrenamiento, que valorada en dinero también es otro pozo sin fondo y que no se traduce en victorias militares.

Lo dicho, ésto se va pareciendo cada vez más a lo que ocurrió en Vietnam, quizás la diferencia esté en el comportamiento de los medios de comunicación, en la dificultad actual de conocer la verdad entre las noticias oficiales, lo cual obliga a al público en general a leer entre líneas.

Hoy mismo, en el teletexto de TVE: «Las tropas rusas siguen mejorando en la zona de Kupiansk, donde este jueves comenzó la evacuación forzosa de la población, mientras que el ejército ucraniano trata de avanzar en su contraofensiva».

¿Cómo hay que entender esto?: O sea el ejercito ucraniano  trata de avanzar pero mejoran las tropas rusas. Esto recuerda mucho a aquellas noticias de la agencia EFE o Reuter: «Grave revés de las tropas nordvietnamitas, el ejército norteamericano se retira 50 Km».

Y este adolescente, ávido lector, y aspirante a militar en aquella época, se preguntaba: no me cuadra, si cada semana obtienen una importante victoria, ¿por qué no paran de retirarse?, dos meses después los nordvietnamitas entraron en Saigón.

Creo que no manejamos bien los términos, mejor dicho, no los manejan ni los periodistas, ni los políticos, ni los militares de la OTAN que les filtran las noticias. Lo que está en teoría haciendo Ucrania no es una contraofensiva sino una ofensiva.

Una ofensiva es un ataque generalizado, mantenido con unos objetivos estratégicos: normalmente romper el frente, rebasar unidades, aniquilarlas, anularlas, embolsarlas o hacerlas prisioneras, ganar terreno, hacerse con determinados recursos y eventualmente ganar la guerra. Mientras que una contraofensiva es lo mismo pero en respuesta a una ofensiva, es decir, se produce durante una ofensiva del otro bando  para contrarrestarla y desbaratarla. Por tanto una contraofensiva es lo que está haciendo Rusia en respuesta a la ofensiva ucraniana. ¿Por qué estos errores en la nomenclatura?. ¿Acaso los militares ucranianos o de la OTAN no fueron a la Academia Militar y no saben la diferencia?. Claro que lo saben pero el lenguaje no es neutro. Si hablamos de contraofensiva ucraniana mostramos a una Ucrania defendiéndose del agresor ruso.

Por otro lado, cada vez que un misil, un dron o una bomba rusa impacta en un edificio civil se habla de otro crimen de guerra ruso, aunque ese edificio esté ocupado por militares ucranianos. Se habla de civiles muertos pero curiosamente no se habla de militares entre las víctimas, y siempre terminan con la coletilla de otro crimen más por el que habrá de responder Putin. En cambio cada vez que Ucrania ataca Moscú, o Crimea o cualquier ciudad rusa, se habla de objetivos estratégicos. Un edificio de oficinas del ministerio de defensa, un puente que une Crimea con Rusia, un petrolero, no se habla de civiles, sin embargo por un puente cruzan civiles; en un edificio con unas oficinas de defensa en una planta hay oficinas de empresas civiles con empleados civiles; un petrolero es un buque civil con tripulantes civiles  igual que esos otros que transportan grano ucraniano. Parece que las cosas sólo son crímenes cuando las hace Rusia.

Otro ejemplo lo tenemos en  la voladura de aquellas dos presas un día antes del inicio de la mal llamada «contraofensiva ucraniana». Dicha voladura pudo beneficiar a Rusia en la medida que la crecida se convierte en un obstáculo para el ataque ucraniano (si los ucranianos lo hubieran planeado en esa dirección). Pero también pudo beneficiar a los ucranianos si el ataque principal estaba previsto en otra dirección y temían ser atacados de flanco por los rusos por ese sector. Es decir, no está claro ni a quien benefició ni quien lo hizo.

Sin embargo  las voladuras de esas presas se han calificado de «crimen medioambiental», han hablado de peces y fauna muerta. Otro crimen más de los que tendrá que responder Putin.

Ahora resulta que «el gobierno de España » siguiendo consignas de los objetivos de la agenda 2030, se dedica a volar presas en plena sequía, con el fin de recuperar  el cauce del rio y reducir tierras de cultivo para devolverlas a su estado natural, con el argumento de protección del medio ambiente, de manera que volar dos presas en Ucrania es delito ecológico y volarlas en España es protección del medio ambiente. ¿En qué quedamos?, ¿tenemos un gobierno criminal o un ecologista en Rusia? Tal vez las dos cosas.

En Vietnam por lo menos había periodistas independientes que informaban al mundo de las cosas, de lo que no quería el Pentágono que se supiera, de la verdad no oficial. En esta guerra no, y además la misma prensa lo ha dicho cínicamente desde el primer día: «En una guerra la primera víctima es la verdad”,  es decir, «os vamos a engañar pero no os quejéis que ya os hemos avisado «.

No se trata de ser proruso o proucraniano, como cualquier ser humano soy curioso, me gusta enterarme de las cosas,  pero nos tienen como aquel individuo del que hablaba Platón, ese ser que vivía en una cueva y del mundo sólo contemplaba las sombras que se reflejaban en la pared de la cueva; l mundo, la verdad objetiva estaba fuera, pero la realidad subjetiva de aquel individuo estaba en las sombras en la pared.

¿Cómo podía aquel individuo llegar al conocimiento?

En el caso de esta guerra, y a falta de informadores independientes, leyendo entre líneas, cuestionándose toda la información, aplicando la lógica (entre ellas la demografía, Rusia puede permitirse muchas bajas, Ucrania no; la desigual capacidad industrial y de cantidad de armamento y material militar previo, Rusia se puede permitir más pérdidas; la escasa dependencia de Rusia de Occidente fruto de ser  el único país del Telón de Acero al que no se ayudó tras la caída de la Unión Soviética, la hacen inmune a las sanciones.

En este sentido más de un general retirado opinó que dar armas a Ucrania sólo iba a alargar el conflicto, aumentar el sufrimiento del pueblo ucraniano y la devastación de Ucrania para terminar a la larga con el mismo resultado, la derrota. Es más, desde el principio sostuve que ésta es la estrategia que más beneficia a Putin. Rusia es muy grande. Pero Ucrania no es un país pequeño. Ocupar militarmente un país es muy complicado: hay que proporcionar servicios a la población, educación; sanidad, ferrocarriles, carreteras… proporcionar seguridad. Y todo eso frente a una población hostil (salvo en las zonas prorusas), una población de varios millones de habitantes  y en un territorio muy amplio.

Es el mismo problema del ¿por qué los americanos no tomaron Bagdad y depusieron a Sadam en la primera guerra del golfo?. Bagdad tiene casi 9 millones de habitantes. No es moco de pavo dar de comer a 9 millones de habitantes cada día, darles sanidad, educación, mantener la seguridad.

Es cierto que Estados Unidos ocupó Alemania y Japón y la población de estos países se mantuvo sumisa, pero ello lo fue tras una derrota aplastante, con la practica destrucción de Alemania y con dos bombas atómicas en Japón.

A Putin, si quiere ocupar Ucrania, le interesa una Ucrania destrozada, que no pueda oponer ninguna resistencia, que vea la paz como una liberación, igual que el pueblo alemán y Japón vieron la derrota como un alivio. O eso, o le será muy difícil ocupar Ucrania, aunque venza, salvo las partes que ya tiene, las prorusas.

Sin embargo no hemos de perder de vista que aún quedan más posibilidades: En la cumbre de la OTAN en Vilna. Jens Stoltenberg, refiriendose a la adhesión de Ucrania a la OTAN, dijo: «Ucrania primero tiene que ganar la guerra…» «… porque si no prevalece Ucrania, el debate sobre la membresía no existirá…»

Analicemos esas palabras.

Si Ucrania vence será miembro de la OTAN. Pero que Ucrania venza no parece probable ahora ni en aquel momento por lo probablemente en dicha cumbre se presionó a Zelenski para que «iniciara su contraofensiva».

Si Ucrania pierde no habrá debate sobre la membresía. ¿Qué quiere decir que si Ucrania pierde no hay debate?. Hay varias respuestas.

– Ucrania pierde la guerra, pierde territorios a favor de Rusia pero se mantiene como estado: En este caso sería absurdo no aceptar a Ucrania una vez alcanzada la paz, pero parece ser que esta posibilidad no se contempla.

– Ucrania pierde y es invadida por Rusia, desapareciendo como estado soberano: En este caso si tiene sentido hablar de que no habría debate.

– Ucrania pierde y su territorio es repartido entre Rusia  y otro país desapareciendo como estado soberano: En este caso tampoco tendría sentido hablar de adhesión.

Y,  ¿cuál sería ese otro país que estaría deseoso de quedarse con el otro trozo del pastel ucraniano?.

Sería el país cuyo territorio fue dividido entre Alemania y la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial,  Alemania perdió la guerra  y Polonia recuperó la parte de su territorio invadida por los nazis más la parte de la Prusia Oriental, a diferencia de Stalin que  jamás devolvió la parte que los soviéticos ocuparon de Polonia, resultando, curiosamente, que  esa parte de Polonia ocupada por Stalin está en la actual Ucrania. Es decir, más o menos la mitad de Ucrania le fue arrebatada a Polonia por Stalin.

Parece ser que el secretario general de la OTAN no contempla la existencia de un estado ucraniano independiente si Ucrania pierde la guerra.

Polonia por su parte se está rearmando de forma que hasta la misma Alemania tiene recelos. Polonia parece de los países más lanzados en proporcionar medios a Ucrania, pero medios ya obsoletos, que ellos tenían en vías de renovar por material americano de últtima generación.

Si Polonia tuviera intención de quedarse con el otro trozo del pastel, un trozo que fue suyo y le fue arrebatado por Stalin, a Polonia igual que a Putin le convendría una Ucrania débil, devastada económicamente, derrotada y hundida. Por lo  tanto le conviene una guerra larga que deje un estado débil,  lo que ahora llaman «fallido».

¿Quién nos dice que el Secretario General de la OTAN y la OTAN, es decir USA, no contemplan ya dicha partición como alternativa a una derrota y a una desorbitada deuda ucraniana que ya nunca iban a cobrar?

Sigo preguntándome qué quiso decir el Secretario General de la OTAN con que si Ucrania pierde no tiene sentido hablar de adhesión.

JMP Padró, Analista de Defensa.