CONSUMMATUM EST.

Locución latina que significa literalmente “se acabó todo”, ”todo está cumplido”. O si lo prefieren, la castiza y coloquial, “el pescado está vendido”.

Es decir, ya se conoce el desenlace de la procelosa investidura de Pedro Sánchez.

Se ha cedido, tras estratégica escenografía negociadora, a las exigencias de quienes fueron condenados por la Justicia, de quienes obtuvieron indulto y de otros prófugos en rebeldía, y, para atar los votos, se adelantará, por el trámite de urgencia parlamentaria, la aprobación de la Ley de Amnistía a la carta, edulcorada ,investida de “medida de gracia” que se cursará por la vía de la Proposición de Ley, en lugar de Proyecto de Ley del Gobierno, con la indisimulada finalidad de sortear los informes preceptivos y no vinculantes del Consejo General del Poder Judicial y del órgano consultivo de la Nación, el Consejo de Estado para así orillar los dictámenes desfavorables.

También se evitará la consulta ciudadana mediante referéndum, lo que constituye una afrenta a la Democracia.

A toda prisa, tras la aprobación de la ley, se procederá a la solemne sesión de investidura, y, salvo sorpresas de última hora, impensables, ya que los mullidores de centenares de cargos públicos de confianza se cuidarán de no dar la espalda al presidenciable, no vaya a ser que se queden sin empleo, la suerte de España estará echada.

Es la infame paremia de la paulatina degradación del Estado de Derecho y la sistémica vulneración de la Constitución Española.

El desentendimiento de los compromisos asumidos por España en el Tratado de la Unión Europea contrariando los principios de responsabilidad de los poderes públicos y el principio de igualdad ante la ley.

Se buceará en sofísticas concomitancias evocadoras de pretéritas situaciones de conflicto que no guardan parangón con la España actual para, forzada y retorcidamente,  dar pábulo a una sonrojante impunidad, incluyendo delitos de corrupción, malversación de caudales públicos y hasta terrorismo.

En el justificativo preambular de la ruborizante amnistía, la lealtad institucional y constitucional de los parlamentarios que la secunden quedará huera de significado, hermoseándola, a buen seguro, con semántica de estilo quincallesco con poéticos vocablos tales como, reencuentro, concordia, convivencia, recurriendo a la entelequia, a la logomática  del conflicto político,etc.

En suma, se embridará a la Justicia y se desautorizará, sin rubor, al Tribunal Supremo, se sacudirá el orden constitucional, sin límites éticos, políticos ni jurídicos.

José María Torras Coll

Sabadell

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