Tras el terremoto político electoral siguió una réplica de gran trascendencia. El Presidente del Gobierno dió un golpe de efecto, anunciando sorpresivamente, y, orillando el art. 115 de la C.E., la previa deliberación del Consejo de Ministros, la singular convocatoria anticipada de Elecciones Generales, en fecha inusual, el 23 de julio.

Sin duda, una huida hacia delante que persigue varios objetivos.

Frenar dentro del partido, del PSOE, cualquier intento de cuestionar el liderazgo presidencial, es decir, prevenir y conjurar tensiones internas.

Evitar un mayor desgaste electoral con el transcurso agónico de los meses hasta la inicial fecha de la celebración de las elecciones.

Plantear la dicotómica polarización entre bloque de izquierdas, autodenominado“progresistas, versus la opción descalificada de derecha, ultraderecha, fascista, etc, agitando el miedo de retorno al pasado franquista. Alimentando una interesada disyuntiva ante la obviedad de la realidad sociológica plural ideológica de la España actual.

Sabido es que los electores no suelen votar igual en las urnas municipales que en las generales. Y, por ende, no es dable efectuar una extrapolación ni proyección de los resultados del 28 Mayo.

Las prisas nunca han sido buenas consejeras. La precipitación puede deparar consecuencias nefastas.

La renuncia de Ciudadanos a concurrir a las elecciones generales, en un ejercicio de madurez y responsabilidad, podría reforzar la reagrupación del voto del centro derecha. Recuérdese que, en Cataluña, en las elecciones generales de 2019, la formación naranja obtuvo más de 4,1 millones de votos bajo el liderazgo de Albert Rivera , enarbolando la bandera de la moderación y la racionalidad. Ni que decir tiene que la noticia ha caído como agua de mayo en la sede del PP.

Miguel Angel Revilla no se opone a la investidura de la representante del PP para ser nombrada Presidenta de Cantabria.

El Movimiento Sumar no está por la labor de incorporar a Podemos, dado los pésimos resultados de los morados.

De no fructificar una única candidatura, el bloque de izquierdas quedaría fragmentado en tres y ello podría resultar letal para las aspiraciones de Sánchez en búsqueda de su ansiado plebiscito.

Otra de las consecuencias del adelanto electoral, con la convocatoria en fecha tan inusual, el 23 de julio, en plenas vacaciones estivales, y ,coincidiendo, en algunas comunidades con el puente de la festividad de Santiago Apóstol, será la perturbación en la tranquilidad, sosiego y descanso de cientos de miles de ciudadanos que, a estas alturas, ya tienen contratadas sus vacaciones y concertados viajes o programadas estancias en segundas residencias ,alejadas geográficamente de su Colegio Electoral.

Y, además, teniendo en cuenta las elevadas temperaturas que este año se prevén aún más tórridas, el calor insoportable incidirá en la asistencia a los mítines y actos de campaña electoral y afectará a las personas mayores, embarazadas y otras con problemas de salud o movilidad para acudir a las urnas. Un escollo para movilizar a los ciudadanos a que acudan a las urnas.

A buen seguro, se disparará el voto por correo, cuestionado tras conocerse la noticia de la presunta compra de votos que puede llegar a colapsar a las Oficinas de Correos. Asunto, el de la compra de votos, que no debe tratarse con banalidad.

En efecto, los ciudadanos, caso de ser designados miembros de una Mesa Electoral, de hallarse en alguna de las descritas circunstancias por disfrute vacacional, deberán formular, en tiempo y forma, excusa ante la Junta Electoral de Zona, acompañando la documentación justificativa correspondiente.

La incomparecencia, sin causa justificada, conlleva sanción penal por delito electoral.

Esa conducta está tipificada como un delito doloso, de omisión pura, se castiga el dejar de hacer, la incomparecencia. Este delito genera antecedentes penales y ello afecta a quien prepare oposiciones o desee incorporarse a la función pública.

De momento, no existe una Instrucción precisa y concreta acerca de los requisitos que deben ponderarse para aceptar o rechazar dicha excusa.

Es previsible que se produzca un aluvión de peticiones que puede llegar a desbordar a las Juntas Electorales. Unas pueden adoptar un criterio flexible y otras, en función de las peticiones cursadas, adoptar un criterio más restrictivo y riguroso.

Dependerá, pues, del criterio que adopte cada Junta, aceptar o no la excusa, lo cual puede provocar, a falta de unificación, decisiones dispares y discriminatorias, en suma propiciar agravios comparativos.

Otro órdago a la ciudadanía.

José María Torras Coll

Sabadell