Nos dejó uno de los grandes iconos del fútbol.

El líbero por antonomasia, Franz Beckenbauer, un futbolista de leyenda.

La elegancia gracil personificada, con permiso de Zidane.

Poseía un físico imponente sin recurrir a la agresividad que suele caracterizar a las defensas.

Un hombre libre en la defensa que infundía confianza, ordenaba la zaga, organizaba y atacaba. Colocaba el balón donde quería con precisión quirúrgica.

Conducía el balón con la cabeza levantada, oteando el horizonte, en visión panorámica.

Desde la defensa progresaba con el balón superando líneas con suma facilidad, llegando a posiciones ofensivas, generando situaciones de peligro en el adversario.

Se erigió en un líder indiscutible por su personalidad, su autoridad y seguridad.

Con razón otra celebridad, Cruyff, rival en varios duelos, decía del “kaiser” que defendía atacando.

Marcó una manera diferente de entender el fútbol y de mandar en el campo.

Fue un innovador con una idea diferente del fútbol y del trabajo en equipo.

Modernizó el juego, lo aceleró.

Adiós a un adelantado en su época al que agradecemos que nos iluminara la retina.

José María Torras Coll

Sabadell

Deja un comentario