Visto lo visto, los medios que siguen la  guerra de Ucrania  no hacen ascos a  la desinformación, para ello no hace falta hacer uso de la inteligencia artificial,  basta conocer un poco cómo funciona la mente humana. Es algo que conocen de sobra los publicistas que trabajan para marcas comerciales, empresas y partidos, estados o regímenes políticos (incluidos sindicatos y ONGs).

El sesgo de confirmación: Tendemos a aceptar como verdadera toda información congruente con nuestro sistema de creencias y a rechazar o dudar de la incongruente.

Estereotipos: Asignamos ciertas características a determinadas cosas. Todo lo que se adapte a ello es aceptado como normal, lo que no se adecúa se toma como excepción. (Ej: Fulanito no parece …., es una persona normal).

Efecto halo: Catalogamos a las personas y achacamos su conducta a causas internas o externas dependiendo de esa percepción. (Ej: Es buen estudiante, ha suspendido porque sus padres se están separando. Este otro es un zoquete y si ha aprobado es que copió).

Y muchos más.

Existe una película en que el comité de la presidencia de USA se inventa un país europeo ficticio y un conflicto que termina en una guerra también ficticia. Contratan a un director de Hollywood, graban unas escenas, se inventan un héroe que al final muere, manipulan a la opinión pública para declarar la guerra (a un país que ni un solo americano sabe dónde está porque no existe). La crisis se resuelve con 3 o 4 bombas, la guerra se ha ganado y la popularidad del presidente ha aumentado de cara a la reelección. Incidente resuelto y carpetazo al asunto.

Eso es ficción, pero pone de manifiesto lo poco fiable que es la percepción humana cuando se enfrenta a los prejuicios y los estereotipos, algo que afecta mucho al mundo judicial y a la fiabilidad de los testigos. En una universidad americana se hizo este experimento:

Se puso a unos sujetos a visionar la grabación de la cámara de un banco.

En la grabación hay varios sujetos en la cola ante el cajero.

De repente se oye un disparo y un negro que hay en la cola sale corriendo.

Todos los sujetos que visionaron la cinta (supuestos testigos de los hechos) identificaron al negro que huía de la escena como el autor del disparo.

Ni uno solo se fijó en el sujeto blanco que discretamente sacó la pistola, disparó y se la guardó también discretamente.

Los testigos declaran lo que creen que han visto, no necesariamente lo que ha ocurrido en la realidad.

Es como la caverna de Platón, la realidad está ahí y es independiente de nuestra percepción. Pero nosotros no vemos la realidad sino solo las sombras que se proyectan en la pared de la cueva.

A partir de ahí  en la supuesta rebelión del calvorota siniestro,  el jefe e la empresa de mercenarios Warner,  los medios occidentales están viendo más su propio deseo que la propia realidad. Tal supuesta rebelión lo que pone de manifiesto es la existencia de una pugna de poder entre el jefe de Wagner y el ministro de defensa ruso (que debe ser bastante incompetente).

El ministro quiere controlar a Wagner y el jefe de Wagner no quiere (aparte de sentirse traicionado porque defensa no le proporcionaba los medios que requería durante las operaciones, munición entre otras cosas).

Al final lo que pasará es que Wagner se asiente en Bielorusia,  puesto que ha sido el presidente de Bielorusia el que ha mediado.

No obstante también podría ser una maniobra de distracción. Si con esa excusa el grupo se traslada a Bielorusia sin levantar sospechas,  tendrían a Kiev a tiro de piedra (el ataque ruso inicial a Kiev  partió desde Bielorusia, y cuando se retiraron al no poder tomarlo, que estuvieron a punto, también lo hicieron por Bielorusia).

Lo dicho, puede ser una jugada para «trasladar» al Grupo Wagner a Bielorusia a plena luz del día y sin levantar sospechas. Allí pueden servir para «apoyar el regimen de Lukashenko» frente a posibles levantamientos internos o frente a una agresión ucraniana, también para «controlar a Lukashenko» y evitar que deje de apoyar a Rusia, o para volver a «atacar Kiev partiendo desde Bielorusia».

Sea como fuere, al presidente bieloruso le iría de perlas contar con Wagner en su territorio.

JMP. Padrós (Analista de Defensa)